lunes, marzo 25, 2024

Tiempo para leer - Daniel Pennac

El tiempo para leer siempre es tiempo robado. (Al igual que el tiempo para escribir, por otra parte, o el tiempo para amar.) ¿Robado a qué? Digamos que al deber de vivir. Esta es, sin duda, la razón de que el metro —símbolo arraigado de dicho deber— resulte ser la mayor biblioteca del mundo. El tiempo para leer, al igual que el tiempo para amar, dilata el tiempo de vivir.

Si tuviéramos que considerar el amor desde el punto de vista de nuestra distribución del tiempo, ¿qué arriesgaríamos? ¿Quién tiene tiempo de estar enamorado? ¿Se ha visto alguna vez, sin embargo, que un enamorado no encontrará tiempo para amar?

Yo jamás he tenido tiempo para leer, pero nada, jamás, ha podido impedirme que acabara una novela que amaba. La lectura no depende de la organización del tiempo social, es, como el amor, una manera de ser.

jueves, marzo 21, 2024

De la poesía - Alejandro Preciado

Le soltaron la rienda a la poesía,

no importa más la métrica y la rima,

debo decir que a mí me desanima,

que la celebran con gran alegría.


La puntuación se ha vuelto fantasía,

el lector sufre en la fatal esgrima;

qué culpa tiene de tener estima,

por las comas de suave cortesía.


Pudiera resultar que, en otro intento,

que pueda suceder más adelante,

en un afán por ser alucinantes,

la pudieran privar de sentimiento.


Y yo,

no sé expresar lo que me agobia,

solo sé

                 que me siento mutilado

disfrutaré

por si resulta cierta,

                   la belleza sutil de lo imperfecto.


miércoles, marzo 20, 2024

Nuno Júdice (1949-2024)

Periódico de Poesía, trad. Blanca Luz Pulido

Metafísica

A veces, un verso transforma el modo en que
se mira el mundo: las cosas se revelan
en donde nadie las suponía; y
el centro se mueve de donde estaba, desde
el origen, forzando al pensamiento a rodar
en otra dirección. El poema, sin embargo, no
tiene por fuerza que decirlo todo. Su
esencia reside en el fragmento de un absoluto
que algún dios se llevó. Miro
ese vestigio de la totalidad sin ver más
que eso —el resto de la antigua
perfección— y dejo atrás el camino
de la idea, la ambición teológica, el sueño del
infinito. ¿De qué eternidad me olvido,
entonces, en el fondo de la estrofa?

* * * * *

Semiología

Digo: el amor. Hay palabras que parecen sólidas,
al contrario de otras que se deshacen en los dedos.
Soledad. O incluso: miedo. Podemos escoger
las palabras, meterlas dentro del poema como
si fuera una caja. Pero no esconderlas. Ellas
se quedan en el aire, invisibles, como si no necesitaran
de los sonidos con que las decimos.

Y luego, el efecto de las palabras. Su rotación
en la cabeza, y por las arterias, hasta el centro:
el corazón. Dicho con otra palabra: el
amor. Pero no hablo de sinónimos; a fin de cuentas,
hay palabras que encierran lo contrario de lo que
significan, y solo las conoce quien ama, si
la vida no lo llevó por caminos confusos.

Te amo. También podría decir: la soledad
con que te amo, o el miedo de amarte. Con
una palabra se puede hacer todo, en una página,
cuando lo que está ahí es un poema. Sin embargo,
estas palabras me conducen a ti, es decir,
te hacen vivir dentro de ellas. Por eso
todo se confunde: el amor, la soledad, el miedo,

y hasta la vida, que también es una palabra.

lunes, marzo 18, 2024

Amor fati

Tomado de El Clarín:

El origen del termino "amor fati" se remonta a los estoicos. Sin embargo, esta expresión está mayormente asociada al filósofo y poeta alemán Friedrich Nietzsche.

La palabra fati es una expresión latina que significa "ama el destino" o "amar el destino".

El amor fati se relaciona con el concepto de eterno retorno planteado por Nietzsche, según el cual el tiempo es circular y durante un período interminable de tiempo todo se repite infinitamente.

Qué significa la expresión amor fati, según Nietzsche

La expresión amor fati se utiliza para describir una actitud en la que uno ve todo lo que sucede en la vida, incluido el sufrimiento y la pérdida, como bueno o al menos necesario.

Para el filósofo, amor fati significa amor a lo que nos toca en destino o en suerte infinitamente.

Este término aparece por primera vez en su obra Gaya Ciencia de 1882. "Quiero aprender cada día a considerar como bello lo que de necesario tienen las cosas; así seré de los que las embellecen. Amor fati: sea este en adelante mi amor. No quiero hacer la guerra a la fealdad. No quiero acusar, ni siquiera a los acusadores. ¡Que mi única negación sea apartar la mirada! ¡Y en todo y en lo más grande, yo solo quiero llegar a ser algún día un afirmador!".

Ya en sus últimos libros, concretamente en el Ecce Hommo (1888), Nietzsche dará una definición mucho más precisa del término: "Mi fórmula para expresar la grandeza en el hombre es amor fati: el no-querer que nada sea distinto ni en el pasado ni en el futuro ni por toda la eternidad. No solo soportar lo necesario, y aún menos disimularlo, sino amarlo".

El alemán también explica que amor fati es amar las cosas. No solo soportar, sino querer que las cosas sucedan como suceden. Vivir y amar los sucesos que componen tu vida.

A su vez, Nietzsche asocia el concepto de superhombre al de amor fati: el superhombre es el único capaz de salir del círculo cerrado del eterno retorno, en el que no tendría cabida el concepto de evolución.

sábado, marzo 16, 2024

Una oración en primavera - Robert Frost

Oh, danos placer en las flores hoy,
y haz que no tengamos que pensar tan lejos como en la incierta cosecha,
manténnos aquí a todos simplemente en la primavera del año.

Oh, danos placer en el huerto blanco,
como ninguna otra cosa del día, como fantasmas en la noche,
y haznos felices como las felices abejas,
el enjambre revoloteando alrededor de los árboles perfectos.

Y haznos felices en el pájaro veloz
que súbitamente se escucha por encima de las abejas,
el meteoro que se arroja adentro con el pico listo,
y como salido de una flor en medio del aire se queda quieto.

Porque esto es el amor y no otra cosa,
aquello que está reservado a Dios
para santificar a todo lo que comprende su voluntad,
que sólo necesita que nosotros lo realicemos.