domingo, mayo 10, 2015

Madrecitas narrativas

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En la Ruana, cuando sintió que ya me andaba por salir de la placenta, montó en su escoba y se regresó a San Luis Potosí. Nací el día quinto del décimo mes mediante certero tajo en el bajo vientre, el primero de cuatro, en la clínica del ISSSTE (la cuarta cesarea hizo que a mi hermano lo nombraran César). Regresó (conmigo) a la Ruana a enfrentar un alacrán por mí: ya estaba sobre la cama, iba hacia el recién nacido...

* Loop:
Internada, llevaron una ouija a su cuarto y el extraño aparato le pronosticó que nacería una niña. Mi madre me esperaba y era el año de 1971. El mismo aparato pronosticó que yo moriría en 1992.
Hoy espero nacer y ver mi sexo.

*
Ella perdió a su hijo: médico, recién casado, el único varón. Y nunca pudo reponerse. Un problema en el corazón lo dejó en el quirófano, aunque decían que era una operación de rutina.
Nunca pudo perdonar a los médicos ni a la humanidad.
De pronto dejó de llamar a casa.

(más en wordpress)




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