Sólo eres recordado en dos fechas, anualmente:
Cuando hace años que naciste, cuando hace años que moriste.
Nada más, nada más, absolutamente nada más.
Y es que al menos en México son tres las fechas en que la muerte no se diluye, y además del onomástico y aniversario luctuoso el 2 de noviembre es el pretexto para hacer ejercicios nemotécnicos a golpe de zempazuchil y papel de china para que acudan los fantasmas (algunos les llaman recuerdos) de muertos frescos y no tanto, de quienes se nos adelantaron en el camino para que vengan a echar un taco, un pisto o un tabaco.
Como hace un año, los invitamos a que visiten el altar virtual de Crimentales, ubicado en Muerte y arte en San Luis Potosí (y, obvio, más allá). Si no van, luego no se quejen de que la huesuda les jala las patas en la noche...
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